jueves, 11 de noviembre de 2010

Dias de Alejandra (Angelo Escobar)

Hay una mujer
hermana del cielo la tierra y el mar,
delirio de estatuas nocturnas, difícil de amar.
Recluta de flor, requiere apretones para respirar,
o al menos de un beso que no la quiera abandonar...
Y ya lo ha encontrado, aprendió a cantar
la historia de un ave y de un pensamiento morado...
Y se ha enamorado.

Hay una mujer
que hizo mi espera una daga mortal,
y el vino volvió en una pócima para llorar
Ella desnudó su cuerpo,
quizás fue un presagio estelar;
durmió como fauna extinguida y ahogado coral.
Mas despertaría, como un animal
huyendo a la selva y el rio, que son su alegría...
Nos sorprendió el día.

Hay una mujer
que vive apartándose del camino,
y deja un fantasma que ronda el de paciente amor.
Te fija a su ser te dice al oído se peregrino,
y yo tan ingenuo exclamo que vida mejor, la de andar viajando.
Pobre del cantor: construye una historia,
la muele y sigue inventando, se va suicidando.

Hay una mujer
que despierta con violencia de los sueños;
reloj bullicioso, temblor, juerga de fin de mes.
Te apura los pies, y frente a la sed,
su agua es el empeño, y aunque este oscuro,
muy claro el camino se ve...
Ojitos de luna, arcilla por piel;
quisiera un bebito arrullarse
en tan suave cuna cubierto de bruma.

Hay una mujer
autodestructiva, fotógrafa, amante,
guerrera en silencio, vigía de gente sin Dios,
como yo!
De noble querer,
brindada y esquiva, buena caminante,
y un hombre ni bueno ni malo sin decir adiós.
le llueven palabras, arboles y lirios,
y un fin de semana que de recordarlo acalambra....
días de Alejandra.

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