Regreso al cielo gris que nos cobijó
recorro el verde parque donde cantamos
mil colores se cruzan por mi mente
cuando pienso en tu iluminada belleza
y el atezado filamento que posees
me hace urgar aún más en los pigmentos
del camino que alguna vez recorrimos.
Regreso al brebaje aquel
con el que entrelazamos miradas
juntamos nuestras copas
y brindamos por la mundanalidad del momento
sin pensar en los eventuales sentimientos que esto contrae.
Regreso a tu colorida arma musical
cuyas 6 maromas me traicionan en melodías
que me hacen sentir un hombre renacido
me azotan con benevolencia
y me crucifican entre lo divino y lo humano.
Regreso a la ciudad que te esconde
como el más preciado de los tesoros
sin lograr percatarse del verdadero
precio de tu ser: tu impagable sonrisa
tu inestimable cintura de luna nueva
y la candidez de tu prudente recato.
Regreso una vez más mi amor a tus brazos
a sentir el latir de nuestros corazones
tan fuerte como el vivo fuego
y que nuestro amor sea tan libre como el mismo viento.